domingo, 6 de noviembre de 2011

Pingüinos en el Chaco


No es menester analizar la dicotomía peronismo – kirchnerismo cuando se analiza la situación de los militantes, pero es inevitable entender que sin este dilema, muchos de los planteos que hacemos serian tomados como meras teorías o caprichos analíticos.
En nuestra provincia vimos pasar al peronismo, al radicalismo, a los milicos, y algunos otros, pero he aquí alguien que considera que aun no hemos visto gobernar al kirchnerismo.
Tomando como referencia definiciones o conceptos de José Pablo Feinman, el kirchnerismo es lo fresco, lo nuevo, la vieja política pasada por el tamiz de la democracia, de la justicia social despojada de doctrinas tajantes o predicas inamovibles, con la soltura de los jóvenes que vienen de distintas facciones políticas, de distintas experiencias, o del mas absoluto desconocimiento.
Aun esperamos en el Chaco ver el desparpajo de la locura kirchnerista, aquella que encara la lucha “quijotesca” contra los gigantes corporativos, y ya va por todo, sin tibiezas, sin matices, y que encuentra en la política una defensa de los derechos de aquellos que llevan años, y hasta siglos esperando ser parte del poder.
Aquí la cosa es tibia, aquí siguen teniendo las llaves del frente, los mismos de siempre, los que callaron, los que permitieron, y permiten que la desigualdad sufrida en el Chaco, mostrada por el INDEC, llegue también a la militancia.
Caso evidente de ello es la situación de gran parte de la comunicación, y con esto me refiero claramente a la situación laboral, así como también a las libertades parciales de las que gozamos los comunicadores, quienes no tenemos censura mas que la de llevar comida a la boca, porque aquí se vive de la pauta o no se vive. El gobierno provincial sigue decidiendo como si fuéramos niños, quien se porta bien y quien se porta mal. Todavía suenan teléfonos bajando líneas políticas y comunicacionales que debemos respetar. No se ha puesto en marcha ni por asomo la Ley de Medios, y que ni hablar de la desinversión que debiera dar como ejemplo la provincia. Todavía vemos como unos pocos se llevan la bandeja, ni siquiera la “torta”…..la bandeja.
La militancia para los que no venimos del peronismo tradicional, por llamarlo de alguna forma, es difícil. Se es o no se es. Sin medias tintas, no hay lugar para quienes solo bancamos el proyecto nacional, todo converge en el despacho del benemérito autodemoninado delfín de Néstor, aquel que no ha vivido la barriada, aquel que no conoce las zapadas revolucionarias en la universidad, aquel que no conoce el miedo a ser reprimido, aquel que no sabe mas que de números, estadísticas, fechas y grandes negocios. Negocios que tal vez si le sirven a nuestro Chaco, pero del cual no formamos parte los militantes.
Desde afuera la seguimos viendo los pingüinos, quienes a veces ni permiso de acto en lugares públicos hemos conseguido, quienes militamos con “la ñata contra el vidrio” viendo alianzas con quienes hemos combatido por años, respaldando a nuestro Lupo querido, viendo en cabezas de lista, rezagos del menemismo mas obtuso, del duhaldismo mas violento, del machismo mas frívolo e ineficiente. Algunos han entrado al sistema bendecidos por el dedo “coquista” pero por lo bajo se sabe que no les gusta lo que ven, que no sienten lo que viven. Los que vemos con alegría el modelo nacional y popular prosperar ya casi en toda Latinoamérica, sabemos que debemos construir bases firmes aquí en la provincia, pero somos cada tanto coactados por el encanto de los cargos administrativos o lugares de seudo importancia, donde atrás de un escritorio y con pocos recursos que manejar somos mas funcionales al corporativismo político, tal vez en menor medida que antes, pero que se vive aquí, según la mirada al menos de quien suscribe.
No se puede dejar de reconocer los grandes cambios y méritos que ha impulsado la actual gestión y no es la idea confrontar ni ser oposición porque como militantes del modelo kirchnerista confiamos en las decisiones que toma nuestra jefa política, pero necesitamos consolidar las bases para una alternativa más popular, más militante.
Las pequeñas agrupaciones y partidos alineados con el modelo nacional que quieren aspirar a consolidarse, deben elegir entre formar parte de la coalición dominante o quedar soslayados a ser una minoría debilitada, mayormente por la escasez de recursos económicos o el electorado que prefiere al mas fuerte o con mas posibilidades, sin posibilidad de acceder al debate público o lugares estratégicos para la instalación de sus ideas. Considero que tenemos los mismos derechos o talvez las mismas posibilidades de forjar un Chaco más democrático, con cuadros fuertes que provengan de esta nueva política, pero nunca somos convidados a la mesa, más que como meros espectadores. No se me ocurre una solución inmediata pero si creo que hay mucha gente valiosa que espera el apoyo o el reconocimiento a su motivación, a su lucha y a su indeclinable decisión de acompañar y formar parte de este proyecto.
De todas formas, se realizan muchas actividades, mas que nada de tinte cultural, para poder construir identidad y hacerse ver por la sociedad, especialmente las juventudes y las agrupaciones de barrio, campañas sanitarias, movidas solidarias, festivales comunitarios y todo lo que se puede hacer con recursos propios y alguna que otra ayuda en materiales que provee la provincia.
También pienso que Chaco “Merece Más”, mas kirchnerismo, mas progresismo, mas redistribución, mas militancia, mas democracia. La construcción se hará de una forma u otra, solo espero que pueda hacerse antes de la sucesión de que tarde o temprano deba hacer Cristina. Y que se oigan todas las voces, no solamente aquellas que están mas cerca de aportar victorias electorales.


por Florencia Calvo